domingo, 4 de marzo de 2012

Soy pajero

Lo recuerdo como si fuera ayer. Tenía apenas 9 años cuando empecé a masturbarme por primera vez.
Es obvio que no eran las mismas sensaciones que actualmente experimento, pero no por ello dejaban de ser muy gratificantes.
Aún mi cuerpo no se desarrollaba como lo tengo ahora, aún mi pene era pequeño, al igual que mis testiculos, aún no había rastros de vello pubico y seguía siendo un niño.
Sin embargo eso no era pretexto para no sentir una inevitable curiosidad por el sexo. De hecho aunque solo tenía 9 años ya sentía muy gratificante cada vez que me acariciaba mis genitales, aunque estos no mostraran aún signos evidentes del placer que esto me producía.
Un día sin embargo me encontraba leyendo y noté que mi pene se escurría por un lado de la pantaloneta que traía puesto y que me quedaba algo grande. Al intentarla acomodar el roce contra la tela bastó para desencadenar maravillosas sensaciones. Ya estaba por cumplir 11 años en aquel tiempo.
Proseguí con mis caricias y jugueteos como eran costumbre pero en esta ocasión fue diferente pues mi pequeño pene se erecto visiblemente por primera vez y el placer se incremento muchisimo mas que antes.
En mi mente surgía un dilema: ¿sigo o me detengo?. Por un lado quería detenerme, debido a toda esa carga moral, religiosa y demás aprendida por tradición, pero por otro lado algo me decía que siguiera...
Decidí hacerle caso a la voz de no te detengas y proseguí.
La sensación era indescriptible, sentía un rico cosquilleo en la zona, mi respiración se agitaba, sentía mas calor que de costumbre, cada caricia de mis manos sobre mi pene, pubis o escroto me volvían loco, ver mi pene erguido, hinchado, palpitante me excitaba aún más, todo era nuevo para mi.
De repente mis manos empezaban a hacer movimientos que nadie le había enseñado, pero que parecían instintivos. Ya nada podía hacerme detener, estaba como hipnotizado, ya no era como antes, esto era aún mejor. Me bajé totalmente la pantaloneta y me quedé totalmente desnudo en mi cama. Me dejé llevar por el placer cuando de repente sentí un temblor, era una sensación como que me orinaba, quise detenerme, apreté mi pene todo lo que pude, pero........era tarde.
Sorprendido veía como uno, dos, tres y más chorros de un fluído lechoso salían de mi pene provocandome a la salida de cada uno de ellos temblores incontrolables. No lo resistí más, me tumbé en mi cama esperando a que todo pasara.
Cuando volví en mí me horroricé. Ahí estaba yo tendido, sudado, tembloroso, bañado en aquel fluido que hasta aquel entonces no sabía que rayos era...
Corrí desesperado al baño y me duché no sin antes limpiar todo rastro de aquel fluído.
Los siguientes días al hecho fueron un martirio. Por un lado, quería repetir aquella experiencia, pero por otro tenía miedo, pues no sabía como explicarme a mi mismo que me estaba pasando.
Mis padres jamás me habían explicado algo de esto. Tuve que esperar a que uno de mis amigos en el cole me explicara y poder sentir que no era el unico y que esto era totamente normal....ufff que alivio.
Ese día al llegar del cole lo primero que hice fue llegar a mi cama y bajarme los pantalones para dejarme llevar como se debe. Fui mi primera paja con pleno conocimiento de ello y que gratificante fue verme eyacular por primera vez. Fue el comienzo de mi vida de pajero.

Espero hayan muchos que se identifiquen con mi experiencia y ojalá podamos hablar y platicar de nuestras diversas experiencias. De a poco iré subiendo más experiencias como pajero aficionado jeje.



1 comentario:

  1. Hola Hermano; me resulta curioso que no te refieras a las imágenes que se te cruzan por tu mente cuando estas gozando de la experiencia maravillosa que tenemos los varones. Que imagen de persona despierta a ese monstruo que llevas entre tus piernas?.

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